Ideal de nación ignorado, 2014


Ecuestre es el título de una de las fotografías que formó parte de la exposición Monumento Editado del artista Andrés Durán Dávila en la Galería Gabriela Mistral donde se exhibieron catorce fotografías realizadas e intervenidas digitalmente, complementadas con una video-instalación sobre el proceso de investigación de su obra en el año 2014.   

El año 2017, la obra ganó el premio Descubrimientos de PHoto España, donde se presentaron ciento cincuenta y siete trabajos provenientes de Ciudad de México, Santiago de Chile y Madrid, dedicado exclusivamente a los talentos emergentes. Durante ésta exposición le fueron seleccionadas cuatro series de fotografías en blanco y negro. Actualmente Desde el  21 de septiembre y hasta el  30 de octubre la obra pudo apreciarse en la Fototeca Latinoamericana (FoLa) ubicada en Palermo, Buenos Aires. 

Sus últimos trabajos con relación a la precedente serie fueron realizados en Perú, Bolivia y Argentina, todas regiones limítrofes con nuestro país, su proceso inicia y termina en el pedestal, bloqueadas a través de extraños juegos mentales intenta visibilizar ciertos monumentos transformándolos en objetos incógnitos. 

El autor reflexiona sobre el momento en que los monumentos se alzan en la ciudad poniendo en crisis los valores actuales de los personajes que aportaron históricamente a la construcción de la nación. 
Cuando la función informativa no se cumple y se cuestiona la utilidad, la necesidad o la influencia en los ciudadanos de dichos monumentos  es cuando nace la reinterpretación de la historia contemporánea. En el caso de esta fotografía lo hace a través de un lenguaje gráfico, que en un acto llamativo enaltece con su adulterado pedestal aquello que irónicamente es el problema de representatividad sobre el concepto de nación, de política, y de identidad, reconociendo explícitamente la carga simbólica que el monumento público implica. 

La investigación del artista comienza por rescatar los monumentos conmemorativos del centro de Santiago realizados entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Su principal interrogante es saber cómo funcionan hoy en día estos monumentos, en relación al espacio público, así también qué ideas representan, considerando que los próceres, alcaldes, intelectuales, presidentes y generales del ejército simbolizados en estos monumentos  expresan definidos valores ciudadanos y patrióticos. 

Aquello que destaca  en la obra de Durán específicamente del  proceso artístico es el hecho de eliminar la identidad del prócer. El procedimiento digital de edición y montaje hace real la indiferencia hacia las identidades de los personajes conmemorados, en su mayoría desconocidos por los ciudadanos que los encuentran a diario, enfrentados a monumentos invisibles, que pocos saben bien quiénes son o qué representaron, aun menos que representan hoy. Este vacío de sentido es lo que el artista trata de enfatizar al utilizar el elemento pedestal, el cual eleva por sobre los transeúntes reafirmando su sentido épico, pero al unísono  lo transforma en un monumento anónimo.

Sin embargo, existen algunas extremidades que no son completamente suprimidas por el masivo bloque de concreto. Por ejemplo, por la postura del jinete y el caballo se puede percibir que esta fotografía representa e inmortaliza a Bernardo O’Higgins. Pero el libertador de la patria está completamente oculto, solo su espada y las patas de su corcel se pueden aun ver en el aire. Con este detalle el autor evidencia su interés por la postura y las poses de los personajes conmemorados. En efecto, la postura de las esculturas ecuestres tiene un significado preestablecido que es notable de relacionar con ésta falta de identidad nacional en base a los héroes: existen ciertas normas para este tipo de esculturas las que suponen una forma de leer el tipo de muerte que tuvieron los héroes patrios a la hora de fallecer en base a la disposición y postura de las patas de los caballos para cada fin: dos patas en el aire supondrían el fallecimiento en batalla, mientras que una sola en alto significa muerte por heridas obtenidas en combate, y todas las patas en el suelo respondería a la muerte por causas naturales. Lo paradójico de esto es que O’Higgins murió en su vejez lo cual contradice la expresión del real del monumento el cual tiene ambas patas en alto. 

Así como pocos saben que hizo O’Higgins, menos es sabido que no murió en batalla como se podría suponer a partir de las normas que definen las posturas de representación. Entonces podemos afirmar que el ideal de nación que se supone que representan dichos monumentos están en completa relación con la falta de precisión de nuestra historia y la falta de interés por parte de la población chilena por sus héroes y por su historia. Lo que alguna vez representaron estos personajes políticos antes inmortalizados en bronce, hoy no significan nada para el común de la gente que no se siente representada por ellos, menos aún se podrían sentir representados por las actuales figuras de la elite política chilena. 

A través de la intervención digital el artista hace desconocida la identidad de los personajes, preguntándonos por la pérdida y significado de los valores nacionales que representan o representaron estos monumentos hoy anónimos e indiferentes en el espacio público. 
El artista a través de la invisibilidad del torso y el rostro, nos demuestra, haciendo evidente la falta de cultura histórica, y no sólo nos hace preguntarnos por esa pérdida de valores nacionales, sino que nos expresa la poca relevancia que tienen éstos íconos en la vida del común y corriente de la sociedad chilena hoy en día. 

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