El Obelisco de Pan de Dulce, 1979


Marta Minujin
(Marta Inés Minujin)
(30 de enero de 1943, Buenos Aires, Argentina, 71 años)


El Obelisco de Pan de Dulce,
Circa. 17 y 28 de noviembre de 1979
36 metros de altura
Estructura de metal y 30 mil panes de dulce envasados.
Arte Conceptual, Arte Pop, Arte de Acción.
Primera obra comestible del mundo.


La obra de Minujin es muy controversial. Nos podemos inmiscuir un momento en las diferentes formas que tiene de ver aquellos íconos, signos, símbolos, imágenes, esculturas y estructuras arquitectónicas con otra perspectiva, cambiando su forma y concepto, recreando una nueva visualidad de lo tangible.
Lo más particular y excepcional en la obra El Obelisco de Pan de dulce es su magnificencia y la escala en la que fue construido, hace parecer que las cosas no siempre son tan imposibles de realizar.
Marta Minujin es una artista bonaerense quien tras vivir una infancia en sus palabras “terrible” estudió en diferentes escuelas de Bellas Artes de la capital sin recibirse de ninguna, fue invitada a distintas exposiciones en los años 50 y 60, ganando becas como la del Fondo Nacional de las Artes a París y la Beca Gugguenheim a Nueva York. Mientras estaba en Estados Unidos conoció al artista de Pop Art Andy Warhol con quien mantuvo una fuerte amistad y de quien recibió fuerte influencia en la concepción del arte como una leyenda, en la deconstrucción de mitos y en la idea de que el arte era tanto participación en la calidad de una observación estética como la del acto de llevarse a casa una parte de la obra, eso haría del público inquieto partícipe de la creación tanto como la desintegración del arte contemporáneo.


A mí me interesa trabajar con los mitos universales. El Obelisco es el máximo mito universal, es el ombligo de Buenos Aires y a cualquier turista en Buenos Aires le digo: te encuentro en el Obelisco y no se puede perder. Creo que los nuevos obeliscos del año 2000 deberían ser inclinados. Porque a partir de ese año todo tenía que cambiar. La vida es multifacética y multidireccional, todo cambió y nosotros los argentinos tenemos que acomodarnos a las nuevas circunstancias constantemente.1


Es muy importante entender la obra de Marta Minujin como intentos de desmitificación de los mitos. O sea la desmaterialización, la desnaturalización que influenciaban las obras de los artistas en los años 60, comprobando que el Surrealismo había desacralizado muchos símbolos e imágenes de la sociedad que ya no importaban como tales sino en sus nuevos significados y contextos, para Duchamp era el arte cómo una cosa mental, donde se invierte la preponderancia material hacia la idea y entonces es ahí donde surgen los materiales extra artísticos, que no importan en sí mismos sino lo que representan o aluden, lo que importa es la acción o la operación conceptual.
Los monumentos no son otra cosa que símbolos, y el Obelisco es el nuestro. Es muy importante para los argentinos. Es impactante. Cualquier persona que llega a Buenos Aires va al Obelisco. Todo el mundo sabe dónde está, se ve de todos lados. Realmente lo considero una genialidad . La gente que viene de otros lugares puede no saber dónde está el Congreso de la Nación, o la Casa Rosada, por ejemplo, pero todos saben dónde queda el Obelisco..2
El fenómeno a nivel continental del conceptualismo cómo el arte conceptual llevan a Minujin a introducirse en ámbitos inexplorados y nuevos para ese momento. Obras como El Carlos Gardel de fuego de 1981 así como Repollos  o Toronjas de 1977 son vivos ejemplos de una concepción de una idea de experiencia artística, en donde el espectador está igualmente involucrado que el artista en su finalización o proceso. Después de que Kosuth en 1969 definiera el Arte Conceptual como la idea de sí mismo, el arte del arte, que cada obra propone una definición del arte y se define en sí misma, más el concepto de la cosificación, Marta Minujin supo aplicar y volcar todos estos conceptos dentro del contexto histórico, político, social, cultural y geográfico de su país.


El Obelisco de Buenos Aires es un importante monumento declarado Monumento Histórico Nacional construido en el año 1936 conmemorando el cuarto centenario de la fundación de la ciudad en 1580 por Juan de Garay y fue colocado en la Plaza de la Republica en la intersección de la calle Corrientes con 9 de julio donde fue izada la bandera nacional por primera vez en el recinto de San Nicolás el 22 de agosto de 1812. Su altura es de 67, 5 metros, el piramidón mide 3,5 por 3,5 metros y su base mide 6,8 metros de lado. Sus curiosidades abundan y en el existe sólo una puerta por la que subiendo 206 escalones con 7 descansos se llega a una cima que alberga un pararrayos y 4 ventanas cerradas por persianas metálicas que apenas son visibles por la altura, a un costado de su base existe una caja metálica de hierro empotrado que alberga una foto del jefe de máquinas de la construcción y una carta que está destinada a quienes destruyan el monumento.


Esta obra de 1979 fue el tercer ataque de la artista hacia aquellos monumentos que están mitificados por la sociedad.
Después de que en 1964 realizó su primera obra con el Obelisco argentino como tema principal en donde recubrió los primeros 3 metros de la base con helado.
Las relaciones abundan en sus obras, si pensamos que el gelato es un ícono por excelencia de la cultura italiana al igual que el pan de dulce y que ésta misma población emigró hacia Argentina desde antes de principios del siglo XX  y tuvo una fuerte influencia social, económica y política en el país trasandino.
Su segundo acercamiento a la figura del monumento fue después de haber vivido algunos años en París y Nueva York que decide volver a su país natal y realizar una obra relacionada con la rigidez militar que acontecía en esos años, la rigidez material del obelisco y la rigidez social que había en esa época. Su acción fue inclinarlo y acostarlo y de ahí surgió el Obelisco Inclinado su estructura medía 74 metros de largo que fue parte de la Primera Bienal de Arte Latinoamericano llevada a cabo en la ciudad de Sao Paulo. Junto con la obra la artista decidió subirse al obelisco y grabar desde ahí lo que fue un documental que tenía por objetivo representar un monumento que volara desde Buenos Aires hasta la ciudad brasileña.  
Su tercer intento fue la obra en cuestión realizada para la Segunda Feria de las Naciones en Buenos Aires sobre una estructura metálica de 36 metros de altura la cual fue recubierta con entre 10 mil y 30 mil panes de dulce llamados panettone o panetón, que fueron envasados al vacío en moldes de aluminio.  El 17 de noviembre la grúa reclinó el obelisco para elevarlo, para luego depositarlo en el suelo nuevamente. El 28 de ese mismo mes, los paquetes de pan de dulce fueron repartidos entre 5000 mil personas con la ayuda de carros de bombero. Esta obra fue la primera obra de arte comestible realizada en el mundo.
El panetón es el postre de Navidad y Año Nuevo más importante en Milán y el resto de Italia del norte. Está hecho con masa de brioche y distintos frutos secos o confitados, su elaboración solo consta de harina, levadura, mantequilla y azúcar.


Lo hice primero para que la gente se lo coma, para desacralizarlo, la gente se volvió tan loca que se colgaba, hubo que tirarles agua porque la gente se mataba por el pan dulce. 3
Hay una fuerte dicotomía entre lo que Marta Minujin quiere expresar a través de sus obras, en ocasiones no es sólo la parte conceptual que sobresale y se apodera de la intención u objetivo de la obra sino que existen acciones contraculturales y controversiales que hacen de su obra un acto político en sí y una revolución de las perspectivas tradicionales de ver el arte. El apoderamiento de los objetos cotidianos y alimentos son y fueron en su época grandes polémicas con respecto al contexto argentino de crisis. Para cuando Minujin llevó a cabo su obra en panetón en Argentina, el país pasaba por la dictadura y una gran crisis económica y social, en donde el alimento era escaso y muchas veces un lujo de obtener, como fue el caso de muchos remezones en Latinoamérica con respecto a las dictaduras y a las violaciones de los derechos humanos y sociales entre los años 60 y 70.
Regalar alimento en una situación de crisis podría resultar una gran contradicción pero sin embargo lo que importan en su obra son las relaciones y cómo una escultura gigantesca hecha de comida podría contener en si misma una infinidad de relaciones culturales en el país.

1 
Revista “Para Ti”, Ed. Televisa. Bs. As., 9 de agosto 2009.  

Diario “el Clarín”, Ed. Arte Gráfico Editorial Argentino, 13 de febrero 2011.
3
Revista “Para Ti”, Ed. Televisa. Bs. As., 9 de agosto 2009.
4
Columna Arte Raro, Programa Obra en Deconstrucción, 14-08-10.

Bibliografía






Comentarios

Unknown ha dicho que…
Muy interesante la transformación del concepto de arte en el siglo XX. Dejamos de concebir como arte exclusivamente lo que estéticamente es muy similar a la naturaleza y loa su belleza, a un concepto de arte en el que se le da prioridad a transmitir un mensaje, usando muchas veces un medio poco común: comida. ¿Qué hubiese sucedido si ese concepto se hubiera utilizado en otro contexto temporal, anterior? ¿Habría sido considerado arte?
Muchas gracias por la información.
Galería Gaintzart ha dicho que…
Más interesante aun es tu pregunta mi querido Leonardo, la verdad es que quizás estás en lo cierto y probablemente no se hubiese considerado arte, sin embargo hoy en día creo que sería una arma de sátira ante las injusticias que aun siguen persistiendo en nuestro planeta. Una herramienta de subversión.
Saludis!