Chile, Brasil y Argentina comparten el mismo continente Sudamericano, una geografía distinta así como paisajes, flora, fauna y una diversidad cultural muy alejada, a pesar de ser países vecinos y mantener bajo alguna u otra manera la misma historia en cuanto a sus dictaduras y revoluciones sociales, también comparten los tres artista que he elegido para mis últimas fichas.
Matta, Minujin y Clark son artistas latinoamericanos muy interesados en sus raíces y sus identidades.
Comparten en cierta forma su visión política de la vida. Cada uno con una perspectiva distinta basada en su aproximación al arte, cada uno con un particular interés y con una particular forma de ejecutar sus obras.
Cada uno con un lenguaje distinto, con una manera y con una preocupación determinada en cuanto al ámbito social.
Sus obras quizás no tienen algo aparentemente visible en común pero sus ideales y sus contextos históricos sí.
Por una parte la historia de Matta y su actuar revolucionario adhiriendo a la pintura este sentimiento anti-represor, es el mismo que en algún momento Minujin quiso aportar cuando desacralizaba los íconos culturales de la Argentina que cargados de un valor simbólico pertenecían a un área cultural tradicional intocable e idealizada por muchos.
Clark sin embargo a pesar de tener casi la misma raíz conceptual de Minujin, explora con una cara más sensible y sensorial del arte, incluyendo en este concepto artístico el cuerpo del ser humano, sus sentidos, la mente, y las nociones cognitivas.
Los actos políticos en estos tres artistas constituyen especies de “statements” o declaraciones de principios en cuanto al cambio rotundo que mantuvo el arte entre los años 50 y 60. Este cambio de percepción y de creación estuvo marcado por lo que sería una serie de transformaciones culturales y sociales que obviamente fueron derivando en transformaciones políticas de cada país. El arte ya no era lo que fue. Sin embargo el arte ahora tenía una misión aun más importante que tan sólo el hecho de narrar o de representar algo. La misión del arte había cambiado y con esta nueva generación de artistas que también cambiaron con la historia, su obras por consecuencia cambiaron con ellos.
Estas nuevas obras ya no trataban de una forma de aproximarse a los acontecimientos o a un tema en particular. Lo que importa es aquello que genera.
En la obra de Matta, Allende de la muerte a la vida,la representación abstracta de un golpe militar, los tanques, las arma y las barricadas pasan a un segundo plano si aquello que quería transmitir era el sentimiento de una época que estuvo marcada por una nebulosa indeterminación. La incertidumbre se transmite en ese vaivén de colores primarios y tonalidades grisáceas. Cómo si todo estuviese dividido, la política, el país, las personas, las familias.
Los desaparecidos constituyen quizás la parte más importante de la Dictadura de Chile y con la muerte de Allende empieza una parte de la historia de Chile de luto constante, por el miedo de la muerte y la desaparición.
En Argentina la Dictadura ocurrió de semejante o igual manera que en Chile y para Minujin que se había erradicado en Estados Unidos por un tiempo el retornar a su país natal en dictadura fue un remezón mental frente a la represión generalizada. Aquella rigidez de la cual habla Minujin es lo que permitió que ella relacionara con otra forma de rigidez visualizada en un monumento que supone la identidad o la representación cultural de una nación. El obelisco para Minujin requería que toda esa carga cultural, social, histórica y política de Argentina se volcara hacia un lado y diera paso ha otro pensamiento a otra visión un concepto nuevo y desnaturalizado que resultó en una gran aglomeración de personas que tan sólo querían comer.
El acto de hacer una escultura gigante de comida, puede ser lo que relaciona, sobre todo en la parte conceptual a Lygia Clark con su obra Ropa-Cuerpo-Ropa.
Que podría ser el acto político de hacer algo que no está previsto o preconcebido.
Cómo es el acto de entenderse a uno mismo en el cuerpo del otro. Hacer de algo externo a uno, algo que nos pueda identificar.
Es por esto que cada una de estas obras transmite una declaración en cuanto a un pensamiento revolucionario de lo que está supuesto como tradicional y habitual. Romper con lo establecido es el primer acto político por excelencia en una sociedad donde no se puede llevar a cabo cualquier potencial idea por muy extravagante que esta sea.
La importancia de lo que lograron ellos es la forma en que se acercan a una manifestación de algo que tiene valor sólo por el hecho de ser ejecutado y gestionado para su éxito.
En el caso de Minujin el éxito de la obra fue que las personas se volvieran locas por un paquete de pan de dulce y en el caso de Clark por que ambas personas en los overoles entendieran que el uno y el otro es una separación mental que ocurre por la disgregación que hace la mente con respecto a los géneros al cuerpo y a las sensaciones. Pero que en el fondo ambos cuerpos son los mismo, son cuerpos.
En Matta el trasfondo está grabado en su pintura, en su forma de difuminar, de pintar con las manos, de hacer que su pintura no sólo sea óleo sobre una tela, sino que su acto de pintar estaría ya cargado con una idea personal, la pintura estaría cargada de una energía particular, la energía de la época, estaría embarrada del sentimiento de la historia, de ese año, y de esa situación, porque su pintura es gesto y manos, y porque Matta al ser el precursor del Expresionismo Abstracto constituye una forma original de entender que el gesto y la acción son quizás más importantes que el tema y lo que se ve en la pintura, que el momento en que fue hecha y concebida como obra de arte tiene el valor excepcional de toda la obra porque en la idea y la acción no hay mucha distancia y menos en la composición puesto que su proceso es el que la hizo y su gestación fue lo que la llevó a ser lo que es. Por lo tanto, en el actuar de Matta al hacer la pintura está esa revolución política en su acercamiento a la historia por medio de un acto simbólico y perdurable en el lienzo.
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