“American Collectors (Fred and Marcia Weisman)”, 1968

“American Collectors (Fred and Marcia Weisman)”, 1968
David Hockney (1937)
Acrylic on canvas, 84 x 120 inches (213.4 cm × 304.8 cm)
Regalo restringido del Sr. y la Sra. Frederic G. Pick, adquirido en 1984, posteriormente donada a la colección del Instituto de Arte de Chicago. 
Exhibida en el National Portrait Gallery y en el Royal Society of the Arts.




La pintura nos muestra un retrato de una pareja de esposos. La representación de éstas dos personas en las afueras de una moderna casa blanca con divisiones café claro, situados en el patio trasero de un jardín, los esposos están parados posicionados cada uno en específicos sitios y donde se distinguen a su alrededor dos esculturas, un árbol dentro de una maceta y un tótem, la casa está rodeada de plantas pequeñas que no sobresalen demasiado. 
La luz que recorre los rostros y sus cuerpos deja ver como el caliente sol penetra punzantemente otorgándoles un tono anaranjado casi bronceado que evidencia el calor del clima de California. 

En el plano de fondo se sitúa la casa, rectangular con dos ventanas corredizas verticales también rectangulares, que son divididas por un espacio central donde se encuentra empotrada una escultura de Henry Moore, verde por el bronce característico de las obras del escultor, que asemeja un torso sentado sobre una estructura parecida a una banca. La figura representada en la escultura, a su vez representada en el cuadro corresponde a un individuo sentado sobre un asiento cómo “Seated Woman” de 1956, de Henry Moore, se puede reconocer que a su vez está dispuesta sobre un pedestal cubico blanco, la escultura da la impresión de estar pintada en el segmento de en medio de la casa, sin embargo, ésta se posiciona de manera encasillada dentro de las delimitaciones. A los costados de la casa las plantas a ras de suelo continúan el horizonte hasta un tótem perteneciente a alguna tribu nativa indígena americana que se conserva erguido a un lado casi olvidado, el tótem está pintado en colores cálidos contrastando con el resto de la pintura, se puede notar amarillo, rojo, anaranjado, negro y blanco prevalecer por sobre el fondo turquesa.
En el plano principal a diferentes distancias de izquierda a derecha nos encontramos con la representación de Fred, un hombre de entre 50 y 60 años de edad posicionado de perfil vestido con una camisa blanca, traje y corbata negros, zapatos marrones,  uniformado, con lentes ópticos y un puño apretado, puño peculiar puesto que de él fluye a través de sus dedos pintura de un tono cálido casi rojo. Prosiguiendo a un lado casi en el centro, una escultura que tiene aspecto de una roca sobre un plataforma cuadrada, que a su vez se encuentra sobre otro pedestal de tonos similares, la escultura se yergue estéril, grises, verdes, marrones, son desaturados con blanco y negro para crear las sombras y luces. Continuando hacia la derecha la representación de Marcia, una mujer mayor como de entre 60 y 70 años de edad, se encuentra un poco mas atrás en el plano pero que en postura relajada, apoyándose en una pierna se sujeta el brazo izquierdo con la mano derecha, la mujer vestida de bata rosa cerrada tipo caftán, lleva el pelo cano corto, un corte muy ovalado de color gris blanquecino, gesticula una leve sonrisa o mueca, expresión que nos va a decir más en unos instantes. Para terminar con la secuencia de elementos pictóricos está un árbol joven dispuesto en una maceta de terra cotta, tiene aspecto de ficus sin mucho follaje. El suelo donde están emplazados los elementos es un piso cuadriculado de aspecto granulado, seguramente con piedras pequeñas, el color del enlosado es de un color beige cálido entremezclado con marrón claro, blanco y negro, tiene una formula pictórica de patrón de manchas diminutas que representan sensorialmente el sentido de la textura granulada. 
Ésta pintura consta de mucho trabajo de luz y sombra, se pueden apreciar las variaciones tonales para cada gama que se ocupa en cada elemento pictórico. Ésta obra delimita sus objetos de manera pictórica, a través de manchas de colores planos siendo a su vez masas de colores que delimitan los bordes blandos realizando el contorno con manchas indefinidas, como grandes fragmentos de color plano. Al ser esta pintura figurativa cabe imaginar que se atiene al concepto de pintura abierta y con esto una continuación del espacio habitado por los coleccionistas. Al mismo tiempo se define la pintura como profunda al tener los distintos planos, hondura y por distinguirse muy bien los volúmenes humanos, arquitectónicos y esculturales. 
La categoría espacial en la que se podría definir esta pintura es bajo el concepto de espacio relativo, puesto que gracias a todos los elementos que conforman la pintura estaríamos presenciando un compendio de formas y figuras que en conjunto significan algo, pero por si solas no darían cabida a un sentido fuera de este contexto de agrupación. El espacio es relativo en base a que si todos estos elementos no interactuaran entre sí, no seria pictóricamente la misma respuesta, considerando el cuadro como un retrato que, aunque no sólo representa a los coleccionista Fred y Marcia, sino que circundados por su colección de esculturas en el jardín fuera de su casa, el todo representaría de manera más adecuada la personalidad, estilo y carácter de los individuos retratados. 

Los eventos pictóricos que se pueden apreciar en la pintura son bastantes y variados. Partiendo desde atrás hacia delante encontramos la ventana de la izquierda que nos muestra un fenómeno lumínico de sombras sobre las persianas café oscuro, estas sombras se pueden distinguir gracias al cambio tonal que se le aplica al color de la persiana opacándolo con el color ennegrecido de la sombra de lo que se puede distinguir un árbol más grande en las cercanías (fuera del cuadro), en el espacio extra pictórico. El próximo evento pictórico está en las plantas de follaje que recorren la casa a ras de suelo y que están levemente pintadas con cambios tonales contrastantes, para atestiguar la profundidad y las sombras de las hojas, al mismo tiempo se puede ver como el joven árbol dentro de un macetero está construido de la misma manera, a partir del contraste de tonos verdes que representan los distintos planos de luz y profundidad espacial de la sombra. Los elementos que se encuentran en primer plano comparten un evento pictórico muy interesante que se relaciona con aquel de la ventana y sus persianas, y es que cada elemento pictórico tiene a su costado derecho una sombra que le acompaña, no es raro suponer que el punto focal de la luz surgiría desde la izquierda y con esto sospechar una hora más cercana a una calurosa tarde que a la fresca mañana, en el caso de que el sol saliera por el este y se posara por el oeste. 
Otro evento pictórico que es correcto mencionar tiene relación con la escultura situada en primer plano que recuerda una pila de rocas, las de base cómo un par de pedestales, aquí nos encontramos con la única figura menos definida del conjunto de elementos figurativos y concretos, esta escultura al contrario de aquella que se encuentra detrás en el fondo tiene la característica de ser más ambigua y menos precisa en aspectos técnicos y estéticos. Se distingue una clase de roca grande apoyada de forma horizontal sobre un par de plataformas con curiosa forma cubica o trapezoide sin tanto volumen, sólo se puede ver la sombra en la base de la roca por el tono negruzco que se observa. Otro evento pictórico que llama la atención es el de la representación del cielo con respecto al resto de los elementos del cuadro, puesto que es relevante ya que es solamente un mismo color plano, un celeste verdoso que se despliega a lo largo de toda el área superior a la casa, al llegar a las esquinas superiores del cuadro comienza a verse un poco manchado y con aspecto más opaco, este es uno de los extraños fenómenos de la pintura de Hockney que sale de lo predecible al ser totalmente plano y sin volumen o profundidad, es casi una degradación del color, nos remite un poco al color con que se pinta las piscinas y que está en directa relación con las abundantes piscinas que existen en Los Angeles, California, donde la casa de los coleccionistas Fred y Marcia se situaba. 

El siguiente evento pictórico tiene que ver con la forma vertical que se repite en casi todos los elementos del cuadro y que se unen en una trama o estructura intermitente de formas y vacíos, aun más significante es la distancia estratégica con la que los elementos están separados entre sí.  
Persistiendo con otro evento pictórico que es muy significativo y tiene que ver con la gesticulación facial de Marcia, su sonrisa parece estar exagerada, rara y demasiado grande para su cara, la boca está literalmente en diagonal, haciendo una mueca hacia arriba su aspecto es levemente cruel o por el contrario con un toque de humor afectuoso, ésta extraña sonrisa se relaciona directamente con la figura a un costado de ella, la sonrisa de uno de los animales representado en el tótem consta de una inclinación en su sonrisa o su dentadura que asimila una fuerte vinculación entre una y otra, como si su relación diera esbozos de una actitud determinada hacia el arte y la cultura indígena nativa americana, y aquella costosa pieza de arte nativo. Y por ultimo el esposo Fred con la mano empuñada de la cual escurre pintura de color rojizo, él por otro lado mantiene una postura erguida, tensa y con la cara más dura que Marcia, el puño encogido con la pintura goteando de entre sus dedos, simboliza el flujo de dinero y de arte por entre sus dedos metáfora muy relacionada al poder del mercado del arte y sus inversores. 

La composición del cuadro nos entrega una fuerte estructura que el autor diagramó y organizó utilizando la fotografía como medio para retener visualmente los elementos que representarían el retrato de la pareja de coleccionistas californianos en la década de 1960, sin embargo es importante reflexionar como la fuente de lo que la pareja trata de personificar para Hockney,  proviene del conjunto de cosas materiales que les representa y es por esto que sin ellas el retrato de Fred y Marcia no seria lo mismo. El autor no requirió que los Weisman estuvieran sentados, para eso utilizó las fotografías, que posteriormente el autor explica refiriéndose a que no encontraba relevante el retratarlos en vivo, de manera que a través de la fotografía es posible encuadrar todo lo que la escena significa, en este caso el sentido del jardín de esculturas es mostrar una parte de ellos mismos, que no tiene que ver con solamente sus caras retratadas, sino lo que estaba pasando en ese lugar y tiempo determinado, lo que los circundaba y aquello que los converge o los une que es, coleccionar arte. 
Los objetos adquieren un sentido completamente nuevo dependiendo donde y en que contexto están emplazados, así como estas piezas de arte coleccionadas por Fred y Marcia ganan valor al ser dispuestos en un jardín especialmente donde las relaciones entre esculturas y estructuras tridimensionales pueden tomar peso para entenderlas cada una en profundidad. 
Y ya que coleccionar es una cuestión de gustos, los gustos de estos coleccionistas eran bastante variados, no podríamos en ese caso decir que eran coleccionistas de arte moderno por tan sólo considerar la escultura de Henry Moore, ya que la pila de piedras nos remite a algo un poco más contemporáneo, mientras que el tótem nos habla de arte primitivo o antiguo, entonces el sentido de ver cada una de estas obras nos habla de el sentido de conjunto y de historia que se vincula directamente con los propietarios de la colección. Encontraríamos la relación que lleva a juntar piezas completamente diversas y de orígenes apartados en el espacio-tiempo para llevarlas a un diálogo interesante de imágenes visuales que se rozan y se permean ante la inminente fluidez de las semejanzas y diferencias en el arte escultórico. 
Lo que es fascinante en el cuadro no es el orden que altere el valor del producto sino el fondo en si. No sólo es su forma de disponer los elementos aquello que esta comunicando algo a cerca de la relación que tienen ellos mismos con los objetos materiales, sino que aquello que aparece en el cuadro ya es, de por sí una representación identitaria de la pareja de plutócratas, que de alguna u otra manera está aportando junto con la satírica versión de representación que le da Hockney. 

Comentarios

Unknown ha dicho que…
Interesante análisis, pareciera que cada detalle son obras en sí mismas. Me recuerda un poco a Hopper, pero mas moderno.
Una vez vi un programa acerca de este pintor, tiene una pinturas gigantes de árboles!!saludos
Galería Gaintzart ha dicho que…
Si Felipe! Hockney para mi es fascinante, es un gran conocedor de la luz y de todos sus fenómenos de color, algo así como un Josef Albers contemporáneo. Hockney también se caracteriza por que se cambió a dibujar en iPhone y iPad y sus obras digitales son bastante buenas. Hopper por otro lado es muy interesante como dices, tiene cosas con el color también que llaman la atención un poco más melancólico para mi estilo, pero si muy buena tu analogía!!
Saludos!